CAMBIO DE DIRECCIÓN DEL BLOG

viernes, 26 de diciembre de 2014




A partir del próximo 1 de enero de 2015, jueves, nuestro blog cambia de dirección en la cual queremos seguir contando con su fidelidad.
Será la siguiente: 


DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA.-


Celebramos este domingo, 28 de diciembre, la Solemnidad de la Sagrada familia.
Hemos tenido 365 días para construir nuestra vida y nuestra familia con amor. Hemos tenido 365 días para la búsqueda del Dios de Jesús. Hoy comienza de nuevo. En el horizonte tres figuras: una mujer, su esposo y un niño pequeño. Tres puntos que se funden en uno: el corazón de Dios al lado del nuestro, guiando y sintiendo a la Humanidad en el pálpito incesante de su amor para siempre.

Es significativo que el penúltimo día del año lo podamos dedicar a contemplar la familia de Nazaret y revisar nuestra vida familiar hoy. La Palabra de Dios nos regala:
  • Una invitación a los hijos a honrar, amar y respetar a los padres (Eclesiastés).
  • Unas bendiciones: comer del propio trabajo, esposa que se encargará de la casa, largas vida y abundantes hijos en la mesa (Salmo).
  • Un compromiso a cultivar valores como la misericordia, la bondad, la dulzura, la comprensión, pero sobre todo el amor que sella y garantiza la unidad. (Col)
  • Buena Noticia: tener como referencia a los profetas de la Navidad Simeón y Ana.
  • Un desafío para nosotros y nuestra familias, recuperar la unidad, aprender a ser personas cristianas, con valores cristianos, a ser iglesia, a amar a los de casa.

Este es el enlace de las lecturas de este día. Asimismo les dejamos con el vídeo del evangelio.


15 ENFERMEDADES QUE ACECHAN A LA IGLESIA.

martes, 23 de diciembre de 2014

Siguiendo la publicación de Suso Vega de las parroquias de Arinaga, les dejo este artículo publicado en su blog y que transcribimos en su totalidad. Aquí está...

Queridos hermanos, Al término del Adviento nos encontramos para los tradicionales saludos. En pocos días tendremos la alegría de celebrar la Navidad del Señor; el evento de Dios que se hace hombre para salvar a los hombres; la manifestación del amor de Dios que no se limita a darnos alguna cosa o a enviarnos algún mensaje o ciertos mensajeros, sino que se nos da a sí mismo. Ante todo, quisiera desear a todos ustedes  una santa Navidad y un feliz Año Nuevo.
     Deseo elevar con ustedes al Señor un profundo y sincero agradecimiento por el año que termina, por los acontecimientos vividos y por todo el bien que Él ha querido realizar generosamente a través del servicio de la Santa Sede, pidiéndole humildemente perdón por las faltas cometidas "en pensamientos, palabras, obras y omisiones".
       Y partiendo de este pedido de perdón, desearía que nuestro encuentro y las reflexiones que voy a compartir con ustedes se conviertan, para todos nosotros, en un apoyo y un estímulo para un verdadero examen de conciencia para preparar nuestro corazón para la Navidad.
Estamos llamados a mejorar, siempre mejorar y crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar plenamente su misión. Sin embargo, como cada cuerpo, como todo cuerpo humano, está expuesto a la enfermedad, al mal funcionamiento. Y aquí me gustaría mencionar algunas de estas enfermedades probables, enfermedades. Las enfermedades más frecuentes en nuestra vida de la Curia son las enfermedades y tentaciones que debilitan nuestro servicio al Señor. Creo que nos va a ayudar el "catálogo" de las enfermedades - como los Padres del Desierto, que hacían catálogos - de las que hablamos hoy: nos ayudará a prepararnos para el Sacramento de la Reconciliación, que será un bello paso para todos nosotros para prepararnos para la Navidad.
1. La enfermedad de sentirse "inmortal", "inmune" o incluso "indispensable" descuidando los necesarios y habituales controles. Una ordinaria visita a los cementerios podría ayudarnos a ver los nombres de tantas personas, de las que cuales algunas tal vez creíamos que eran inmortales, inmunes e indispensables. Esta deriva frecuentemente de la patología del poder, del ‘complejo de los Elegidos', del narcisismo que mira apasionadamente la propia imagen y no ve la imagen de Dios impresa en el rostro de los otros, especialmente de los más débiles y necesitados. El antídoto a esta epidemia es la gracia de sentirnos pecadores y de decir con todo el corazón: ‘Somos siervos inútiles. Hemos hecho lo que teníamos que hacer' (Lc 17,10).
2. Otra: es la enfermedad del ‘martalismo' (que viene de Marta), de la excesiva laboriosidad: es decir de aquellos que se sumergen en el trabajo descuidando, inevitablemente, ‘la parte mejor': sentarse al pie de Jesús (cfr Lc 10, 38-42). Por esto Jesús ha llamado a sus discípulos a ‘descansar un poco', (cfr Mc 6,31) porque descuidar el necesario reposo lleva al estrés y a la agitación. El tiempo de reposo, para quien ha terminado la propia misión, es necesario, debido y va vivido seriamente: en el transcurrir un poco de tiempo con los familiares y en el respetar las vacaciones como momentos de recarga espiritual y física; es necesario aprender lo que enseña Eclesiastés que "hay un tiempo para cada cosa" (3,1-15).
3. También está la enfermedad de la ‘fosilización' mental y espiritual. Es decir, aquellos que poseen un corazón de piedra y ‘tortícolis' (At 7,51-60); de aquellos que, en el camino, pierden la serenidad interior, la vivacidad y la audacia y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en ‘máquinas de prácticas' y no ‘hombres de Dios' (cfr. Eb 3,12). Es peligroso perder la sensibilidad humana necesaria para llorar con quienes lloran y alegrarse con aquellos que se alegran. Es la enfermedad de quienes pierden ‘los sentimientos de Jesús' (cfr Fil 2,5-11) porque su corazón, con el pasar del tiempo, se endurece y se convierte en incapaz de amar incondicionadamente al Padre y al prójimo (cfr Mt 22, 34-40). Ser cristiano, de hecho, significa ‘tener los mismos sentimientos que fueron de Jesucristo' (Fil 2,5), sentimientos de humildad y de donación, de desapego y de generosidad.
4. La enfermedad de la excesiva planificación y del funcionalismo. Cuando el apóstol planifica todo minuciosamente y cree que si hace una perfecta planificación las cosas efectivamente progresan, convirtiéndose de esta manera en un contador. Preparar todo bien es necesario, pero sin caer nunca en la tentación de querer encerrar o pilotear la libertad del Espíritu Santo que es siempre más grande, más generosa que cualquier planificación humana (cfr. Jn 3,8). Si cae en esta enfermedad es porque ‘siempre es más fácil y cómodo permanecer en las propias posturas estáticas e inmutables. En realidad, la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo en la medida en que no tiene la pretensión de regularlo y de domesticarlo... -domesticar al Espíritu Santo- Él es frescura, fantasía, novedad.
5. La enfermedad de la mala coordinación. Cuando los miembros pierden la unión entre ellos y el cuerpo pierde su armonioso funcionamiento y su templanza, se convierten en una orquesta que produce ruido porque sus miembros no colaboran y no viven el espíritu de comunión y de equipo. Cuando el pie dice al brazo: ‘no te necesito' o la mano dice a la cabeza ‘mando yo', causa malestar y escándalo.
6. La enfermedad del ‘Alzheimer espiritual', es decir el olvido de la ‘historia de la salvación', de la historia personal con el Señor, del ‘primer amor' (Ap 2,4). Se trata de una disminución progresiva de las facultades espirituales que en un más o menos largo período de tiempo causa serias discapacidades a la persona haciéndola incapaz de desarrollar alguna actividad autónoma, viviendo en un estado de absoluta dependencia de sus concepciones, a menudo imaginarias. Lo vemos en aquellos que han perdido la memoria de su encuentro con el Señor; en quienes no tienen sentido deuteronómico de la vida; en aquellos que dependen completamente de su presente, de las propias pasiones, caprichos y manías, en quienes construyen a su alrededor muros y hábitos se convierten, cada vez más, en esclavos de los ídolos que han esculpido con sus propias manos.
7. La enfermedad de la rivalidad y de la vanagloria. Cuando la apariencia, los colores de la ropa o las medallas honoríficas se convierten en el primer objetivo de la vida, olvidando las palabras de San Pablo: ‘No hagan nada por rivalidad o vanagloria, sino que cada uno de ustedes, con humildad, considere a los otros superiores a sí mismo. Cada uno no busque el propio interés, sino también el de los otros (Fil 2,1-4). Es la enfermedad que nos lleva a ser hombres y mujeres falsos y a vivir un falso ‘misticismo' y un falso ‘quietismo'. El mismo San Pablo los define ‘enemigos de la Cruz de Cristo' porque se jactan de aquello que tendrían que avergonzarse y no piensan más que a las cosas de la tierra (Fil 3,19).
8. La enfermedad de la esquizofrenia existencial. Es la de quienes viven una doble vida, fruto de la hipocresía típica del mediocre y del progresivo vacío espiritual que licenciaturas o títulos académicos no pueden llenar. Una enfermedad que sorprende frecuentemente a los que abandonan el servicio pastoral, se limitan a las cosas burocráticas, perdiendo de esta manera el contacto con la realidad, con las personas concretas. Crean así un mundo paralelo, en donde ponen de parte todo lo que enseñan severamente a los demás e inician a vivir una vida oculta y a menudo disoluta. La conversión es muy urgente e indispensable para esta gravísima enfermedad (cfr Lc 15, 11-32).
9. La enfermedad de los chismes, de las murmuraciones y de las habladurías. De esta enfermedad ya he hablado en muchas ocasiones, pero nunca lo suficiente. Es una enfermedad grave, que inicia simplemente, quizá solo por hacer dos chismes y se adueña de la persona haciendo que se vuelva ‘sembradora de cizaña' (como Satanás), y, en muchos casos casi ‘homicida a sangre fría' de la fama de los propios colegas y hermanos. Es la enfermedad de las personas cobardes que, al no tener la valentía de hablar directamente, hablan a las espaldas de la gente. San Pablo nos advierte: hacer todo sin murmurar y sin vacilar, para ser irreprensibles y puros (Fil 2,14.18). Hermanos, ¡cuidémonos del terrorismo de los chismes!
10. La enfermedad de divinizar a los jefes: es la enfermedad de los que cortejan a los superiores, esperando obtener su benevolencia. Son víctimas del carrerismo y del oportunismo, honran a las personas y no a Dios (cfr Mt 23-8.12). Son personas que viven el servicio pensando únicamente en lo que deben obtener y no en lo que deben dar. Personas mezquinas, infelices e inspiradas solamente por el propio egoísmo (cfr Gal 5,16-25). Esta enfermedad podría golpear también a los superiores cuando cortejan a algunos de sus colaboradores para obtener su sumisión, lealtad y dependencia psicológica, pero el resultado final es una verdadera complicidad.
11. La enfermedad de la indiferencia hacia los demás. Cuando cada uno sólo piensa en sí mismo y pierde la sinceridad y el calor de las relaciones humanas. Cuando el más experto no pone su conocimiento al servicio de los colegas menos expertos. Cuando se sabe algo se posee para sí mismo en lugar de compartirlo positivamente con los otros. Cuando, por celos o por astucia, se siente alegría viendo al otro caer en lugar de levantarlo y animarlo.
12. La enfermedad de la cara de funeral. Es decir, la de las personas bruscas y groseras, quienes consideran que para ser serios es necesario pintar el rostro de melancolía, de severidad y tratar a los demás -sobre todo a los que consideran inferiores- con rigidez, dureza y arrogancia. En realidad, la severidad teatral y el pesimismo estéril son a menudo síntomas de miedo y de inseguridad de sí. El apóstol debe esforzarse para ser una persona cortés, serena, entusiasta y alegre que transmite felicidad en donde se encuentra. Un corazón lleno de Dios es un corazón feliz que irradia y contagia con la alegría a todos los que están alrededor de él: se ve inmediatamente. No perdamos, por lo tanto, el espíritu alegre, lleno de humor e incluso auto-irónicos, que nos convierte en personas amables, también en las situaciones difíciles. Qué bien nos hace una buena dosis de un sano humorismo. Nos hará muy bien rezar frecuentemente la oración de Santo Tomás Moro: yo la rezo todos los días, me hace bien.
13. La enfermedad de la acumulación: cuando el apóstol trata de llenar un vacío existencial en su corazón acumulando bienes materiales, no por necesidad, sino solo para sentirse al seguro. En realidad, no podremos llevar nada material con nosotros porque ‘el sudario no tiene bolsillos' y todos nuestros tesoros terrenos -también si son regalos- no podrán llenar nunca aquel vacío, y lo harán más exigente y más profundo. A estas personas el Señor repite ‘tú dices soy rico, me he enriquecido, no tengo necesidad de nada. Pero no sabes que eres un infeliz, un miserable, un pobre, un ciego y desnudo... Sé pues celoso y conviértete' (Ap 3,17-19). La acumulación pesa solamente y ralentiza el camino inexorable. Pienso en una anécdota: un tiempo, los jesuitas españoles describían a la Compañía de Jesús como la ‘caballería ligera de la Iglesia'. Recuerdo la mudanza de un joven jesuita, mientras cargaba el camión de sus posesiones: maletas, libros, objetos y regalos, y escuchó, con una sabia sonrisa, de un anciano jesuita que lo estaba observando: ¿Esta sería la caballería ligera de la Iglesia? Nuestras ‘mudanzas' son signos de esta enfermedad.
14. La enfermedad de los círculos cerrados en donde la pertenencia al grupito se vuelve más fuerte de la pertenencia al Cuerpo y, en algunas situaciones, a Cristo mismo. También esta enfermedad comienza siempre de buenas intenciones, pero, con el paso del tiempo, esclaviza a los miembros convirtiéndose en un ‘cáncer' que amenaza la armonía del Cuerpo y causa tanto mal -escándalos- especialmente a nuestros hermanos más pequeños. La autodestrucción o el ‘fuego amigo' de las comilonas es el peligro más sutil. Es el mal que golpea desde dentro, y como dice Cristo, ‘cada reino dividido en sí mismo va a la ruina' (Lc 11,17).
15. Y la última, la enfermedad del provecho mundano, del exhibicionismo, cuando el apóstol transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para obtener provechos mundanos o más poderes. Es la enfermedad de las personas que buscan infatigablemente el multiplicar poderes y por este objetivo son capaces de calumniar, de difamar y de desacreditar a los demás, incluso en periódicos y en revistas. Naturalmente para exhibirse y demostrarse más capaces que los demás. También esta enfermedad hace mucho daño al Cuerpo porque lleva a las personas a justificar el uso de cualquier medio para alcanzar tal objetivo, a menudo en nombre de la justicia y de la transparencia. Recuerdo un sacerdote que llamaba a los periodistas para decirles -e inventar- cosas privadas y reservadas de sus hermanos y parroquianos. Para él, lo que contaba era verse en las primeras páginas, porque así se sentía ‘poderoso y vencedor', causando tanto mal a los otros y a la Iglesia. ¡Pobrecito!
Hermanos, estas enfermedades y tentaciones son naturalmente un peligro para cada cristiano y para cada curia, comunidad, congregación, parroquia, movimiento eclesial, y pueden golpear sea a nivel individual que comunitario.
Es necesario aclarar que es sólo el Espíritu Santo -el alma del Cuerpo Místico de Cristo, como afirma el Credo: ‘Creo... en el Espíritu Santo, Señor y vivificador'- quien cura cada enfermedad. Es el Espíritu Santo quien sostiene cada sincero esfuerzo de purificación y de cada buena voluntad de conversión. Es Él quien nos da a entender que cada miembro participa en la santificación del cuerpo y a su debilitamiento. Es Él el promotor de la armonía: ‘Ipse harmonia est', dice San Basilio. San Agustín nos dice: ‘Hasta que una parte se adhiere al cuerpo, su curación no es desesperada; aquello que fue cortado, no puede curarse ni sanar'.
La curación es también fruto de la conciencia de la enfermedad y de la decisión personal y comunitaria de curarse soportando pacientemente y con perseverancia la curación. Por lo tanto, estamos llamados -en este tiempo de Navidad y para todo el tiempo de nuestro servicio y de nuestra existencia- a vivir ‘según la verdad en la caridad, tratando de crecer en cada cosa hacia Él, que es el jefe, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien compaginado y conectado, mediante la colaboración de cada empalme, según la energía propia de cada miembro, recibe fuerza para crecer en manera de edificar a sí mismo en la caridad (Ef 4, 15-16).
Queridos hermanos, Una vez he leído que los sacerdotes son como los aviones: sólo son noticia cuando caen, pero hay muchos que vuelan. Muchos critican y pocos rezan por ellos. Es una frase muy simpática y muy cierta, porque indica la importancia y la delicadeza de nuestro servicio sacerdotal, y cuánto mal podría causar un solo sacerdote que ‘cae' a todo el cuerpo de la Iglesia. Por lo tanto, para no caer en estos días en los que estamos preparándonos a la Confesión, pidamos a la Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, curar las heridas del pecado que cada uno de nosotros lleva en su corazón y de sostener a la Iglesia y a la Curia de modo que sean sanos y re sanadores, santos y santificantes, a gloria de su Hijo y para nuestra salvación y del mundo entero. Pidamos a Él hacernos amar a la Iglesia como la ha amado Cristo, su hijo y nuestro Señor, y de tener la valentía de reconocernos pecadores y necesitados de su Misericordia y de no tener miedo a abandonar nuestra mano entre sus manos maternas.

Muchas felicidades por una santa Navidad a todos ustedes, a sus familias y a sus colaboradores. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias de corazón.

SALUDO NAVIDEÑO DE LOS PÁRROCOS.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Estimados amigos:
Desde estas líneas queremos felicitarles en esta navidad y desearles un Feliz Año 2015, cargado de ilusión y deseos de ser mejores. Ya sabemos que solos no podemos, necesitamos siempre la ayuda de Aquel que nació en un portal de Belén, hace más de dos mil años y que constantemente sigue en medio de cada uno de nosotros, de nuestras familias y de nuestra sociedad.
Celebramos que nos ha nacido un Niño, el Enmanuel, el Dios con nosotros, que debe estar en el centro de nuestro corazón y de nuestras vidas y que haciéndose pobre, humilde, sale al encuentro del hombre; que acampó entre nosotros y sigue estando con cada hombre con cada mujer que le busca y que peregrina hacia Él.
Si uno es creyente, la fe le invita estos días a descubrir ese misterio, no en un país extraño e inaccesible, sino en un niño recién nacido. Así de simple y de increíble. Hemos de acercarnos a Dios como nos acercamos a un niño: de manera suave y sin ruidos; sin discursos solemnes, con palabras sencillas nacidas del corazón. Nos encontramos con Dios cuando le abrimos lo mejor que hay en nosotros.
Que la familia de Nazaret: Jesús, José y María nos ayuden a construir un mundo mejor, una sociedad y una familia que busque en todo momento la paz, la solidaridad, la generosidad, el diálogo, el perdón y el amor.
Deseamos que el Dios de la paz este año nos conceda la salud y que nuestra fe cada día vaya fortaleciéndose con el darnos y el entregarnos unos a otros.

Un abrazo para todos.

FELIZ NAVIDAD y FELIZ AÑO NUEVO 2015.

Jorge Martín de la Coba, 
Venerando Novelle Guedes y 
Mariano Medina Sánchez.

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO.

Si quisiéramos exponer en una palabra la síntesis de la liturgia de la Palabra de este cuarto domingo de adviento podríamos decir: "Emmanuel: que significa Dios con nosotros". Este domingo es una especie de vigilia litúrgica de la Navidad. En él se anuncia la llegada inminente del Hijo de Dios. Se subraya que este niño que nacerá en Belén es el prometido por las Escrituras y constituye la plena realización de la Alianza entre Dios y los hombres.

Aquí les dejamos con el enlace de las lecturas de este cuarto domingo.

Y este es el vídeo del evangelio: 

PROGRAMA DE ACTOS NAVIDAD 2014.

jueves, 18 de diciembre de 2014


Les dejamos con el programa de actividades que vamos a tener en nuestras parroquias con motivo de estas fiestas navideñas. 

Esperamos que participen en los mismos y así celebrar juntos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.


FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2015.


Miércoles, 24 de diciembre.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía de Nochebuena. A las 17:30 en el
Toscón. A las 19:00 h. de la tarde en Tamaraceite, Piletas y la Suerte.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía de Nochebuena. A
las 19:00 h. en el Lomo de Los Frailes.

Jueves 25 de diciembre.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en Tamaraceite a las 11:00 h. y a las 19:00 h. de la tarde. No hay
eucaristía a las 9:00 h., de la mañana.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 10:00 h.

Sábado 27 de diciembre.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en el Toscón a las 17:30 h.; en Piletas a las 19:00 h.; en Tamaraceite a las 19:00 h. y en la Galera a las 20:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:30 h.

Domingo 28 de diciembre.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en Tamaraceite a las 9:00, 11:00 y a las 19:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima.
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 9:00 h.

Domingo 28 de diciembre. Excursión Interparroquial. Ruta de Belenes. Recorrido:
Tamaraceite, Santa Brígida, San Mateo, Tenteniguada, Valsequillo, Telde, Tamaraceite. Hora de salida:10:00 horas. Precio: 15 euros. Ventas: Iglesia de San Antonio Abad o Ntra. Sra. del Camino de Fátima.

Miércoles 31 de diciembre.
Parroquia de San Antonio Abad.
Eucaristía en Tamaraceite a las 19:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. 
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.

Jueves 1 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en Tamaraceite a las 11:00 h. y a las 19:00 h. de la tarde. No hay eucaristía a las 9:00 h., de la mañana.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. 
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.

Sábado 3 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en el Toscón a las 17:30 h.; en Piletas a las 19:00 h.; en Tamaraceite a las 19:00 h. en la Suerte a las 20:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima.
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:30 h.

Domingo 4 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en Tamaraceite a las 9:00, 11:00 y a las 19:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. 
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 10:00 h.

Lunes 5 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en Tamaraceite a las 19:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. 
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.

Martes, 6 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. 
Eucaristía en Tamaraceite a las 11:00 h. y a las 19:00 h. de la tarde. No hay eucaristía a las 9:00 h., de la mañana.

Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. 
Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.              

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

viernes, 12 de diciembre de 2014

Hoy nos vamos tú y yo a orillas del Jordán y allí vemos cómo Juan está bautizando y se le presenta una comisión del Sanedrín compuesta de sacerdotes, de levitas y de fariseos que le hacen varias preguntas y él responde como un verdadero testigo.
Qué testimonio tan bueno nos da Juan. En primer lugar, no sé, se me graba profundamente la palabra “testigo” y cogiendo el significado de testigo, es la persona que atestigua, que declara, que proclama, que justifica algo que ha visto, que siente y que ha experimentado. Y esto me lleva y nos lleva a ti y a mí a pensar cómo nosotros podemos ser testigos, unos testigos que proclamen lo que han visto y lo que han oído.

Este es el enlace de las lecturas de este domingo. Y el vídeo del evangelio:


SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

viernes, 5 de diciembre de 2014

Hemos iniciado ese camino hacia Belén. Estamos llamados a buscar al Niño Dios. Lo preparamos con ayuda de Juan el Bautista, que nos invita a allanar el camino para la venida del Señor.  Por esta razón : 
1.Nos dedicamos por entero a la causa del Señor que viene, dejando nuestras conveniencias.
2. Revisamos nuestras ideas y actitudes sobre Dios, Jesucristo y la Iglesia.
3. Somos apóstoles entre la gente ayudándolas a ponerse al servicio del Señor. Y
4. Nos convertimos en camino por donde Él pase…, siendo más justos y tolerantes. Abajando los cerros de nuestra soberbia y violencia y elevando los niveles de nuestra caridad y solidaridad. Siendo hombres y mujeres de fe y esperanza, de caridad y misión.

Te dejo con el enlace a la liturgia de este domingo así como el vídeo del evangelio:

 

IMPORTANTE.

A partir del 1 de enero de 2015, jueves, nos podrás seguir en esta nueva dirección:


Gracias por su fidelidad.

BIENVENIDA

AVISOS PARROQUIALES

Domingo 28 de Diciembre 2014.
Excursión interparroquial: Ruta de Belenes.
Recorrido: Tamaraceite - Santa Brígida - San Mateo - Tenteniguada - Valsequillo - Telde - Tamaraceite.

Lunes 29 de diciembre 2014.
A las 7 de la tarde, funeral por D. Juan Lezcano García.
A las 7 de la tarde, reunión interparroquial de los catequistas de San Antonio Abad y de Ntra Sra del Camino de Fátima.

Miércoles 31 de diciembre 2014.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en Tamaraceite a las 19:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.

Jueves 1 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en Tamaraceite a las 11:00 h. y a las 19:00 h. de la tarde. No hay eucaristía a las 9:00 h., de la mañana.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:00 h.

Viernes 2 de enero 2015.
A las 5, 30 de la tarde, exposición del Santísimo.

Sábado 3 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en el Toscón a las 17:30 h.; en Piletas a las 19:00 h.; en Tamaraceite a las 19:00 h. en la Suerte a las 20:00 h.
Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima. Eucaristía en Lomo Los Frailes a las 19:30 h.

Domingo 4 de enero 2015.
Parroquia de San Antonio Abad. Eucaristía en Tamaraceite a las 9:00, 11:00 y a las 19:00 h.

HORARIOS DE MISAS INTERPARROQUIAL.

Parroquia de San Antonio Abad:
Lunes, miércoles, viernes y sábados a las 19:00 horas.
Domingos a las 9:00, 11:00 y 19:00 horas.


Parroquia de Ntra. Sra. del Camino de Fátima:
Martes y jueves. A las 19:00 h.
Sábados a las 19:30 h.
Domingo a las 10:00 h.

REFERENTE DOMINICAL

REFERENTE DOMINICAL
28 de Diciembre de 2014

ARCHIVO PARROQUIAL

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