Celebramos el Domingo Decimoctavo del Tiempo
Ordinario, la liturgia de este día nos habla de agradecimiento, y de fe, nos
enseñara que debemos ser agradecidos, sobre todo de Dios, que todo nos lo has
dado, saber dar gracias es ponerse al servicio del que nos ha ayudado, estar
dispuesto hacer con los demás lo mismo que han hecho con nosotros. El cristiano
no puede ser egoísta, soberbio, duro de corazón. Siempre debemos tener presente
que creyente es la persona que recibiendo el don Dios lo pone al servicio de
los demás.
La primera lectura de hoy es del Segundo Libro de los Reyes y nos relata la
historia de la curación realizada por Eliseo, que significa ¨Dios salva¨ del
prestigioso militar sirio Naaman, enfermo de lepra, la sanación de este trae
consigo su conversión.
En las comunidades cristianas de Asia Menor, en
el último cuarto del siglo I, donde se encontraba situado Timoteo, empezaban a
surgir las controversias teológicas, pero Pablo como buen pastor, advierte a
Timoteo sobre estas, dejándole claro que frente a cualquier controversia, hay
que partir del único posible en una comunidad cristiana: la persona de Cristo o
sea que ser cristiano es fundamentalmente creer en Jesucristo.
En el evangelio de hoy escucharemos un relato que
guarda relación con la primera lectura de este día, ya que envuelve la curación
de un grupo de leprosos, dentro de estos un extranjero, que vuelve al Señor a
dar gracias por su sanación.
En la eucaristía del sábado 12 de octubre a las 7 de la tarde, tendremos el rito del ENVÍO. Ese envío que hace el Señor a trabajar en su mies, en nuestra parroquia. Serán enviados todos los agentes de pastoral que desempeñarán funciones a lo largo de este curso recién iniciado. Es una celebración a la que estamos invitados y no podemos faltar.
Aquí les dejo con el enlace de la liturgia de la palabra de este domingo, así como el vídeo para compartir con la familia.