Celebramos
este domingo el Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A. La liturgia
de este día nos habla de libertad y cumplimiento, o sea de opciones que hemos
de tomar ante el proyecto de vida pensado por Dios para nosotros, este está
basado en unas leyes que son como una valla que protegen nuestra vocación
divina, ante este debemos decidir de acuerdo a la sabiduría de Dios, lo que nos
convierte en personas prudentes, lo que nos hará ir por el buen camino, como
nos señala El Señor.
Nuestra primera lectura es del libro del
Eclesiástico, en ella el autor nos señala que Dios nos ha creado libres,
esta libertad nos coloca ante opciones opuestas: agua o fuego, vida o muerte.
En realidad nuestra libertad es un don de la sabiduría infinita de Dios. A
pesar de todo esa libertad nos hace responsables de nuestros actos tanto buenos
como malos.
La
segunda lectura de hoy es de la primera carta del apóstol San Pablo a los
Corintios, en esta el apóstol continua hablándonos del proyecto de Dios para
con nosotros, el cual no es conocido por los que gobiernan el mundo. A nosotros
los cristianos, nos toca interpretar y vivir la historia como un proyecto de
salvación total y no como una fatalización impuesta por la ideología de turno.
En
el Evangelio de hoy, del libro de Mateo, el Señor hace referencia a la carta
magna del Reino: los mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento de
Jesús, la Ley no consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es
una imposición. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios corresponde al
ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada persona. Esta es la
razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no solamente se siente
realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza la perfección del
cristianismo.
Sigue las lecturas de este día en este enlace.