En la liturgia de este domingo escucharemos como Jesús y Jeremías son rechazados como profetas, pero
a pesar de ellos siguen proclamando el plan de Dios para toda la humanidad.
También nosotros estamos llamados a continuar esta misión profética de
Jeremías, Elías, Eliseo y Jesús. San Pablo nos asegura que no hay mejor modo de
hacerlo que mediante el amor; ese amor auténtico, que se hace fuerte en la
prueba, y que no pasa nunca. El mismo amor que celebramos y recibimos en la
Eucaristía.
Les dejo el enlace para que reflexionen sobre la Palabra que Dios nos regala.
También un vídeo como viene siendo habitual.
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