Estamos en pascua, convocados por el Señor resucitado. Él es la
fuente de nuestra alegría; más, si cabe, en este tiempo pascual. Él nos invita
ahora a su mesa, como hizo con los apóstoles en su aparición junto al lago,
como escucharemos hoy en el evangelio. A ellos los alimentó con panes y peces.
A nosotros, con el pan y el vino que por la acción del Espíritu se convertirán
en su Cuerpo y su Sangre.
Aquí les dejo con el enlace de la liturgia de la palabra.
También les dejo el vídeo.
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