En medio de nuestras preocupaciones, de nuestros
temores, de los agobios y nervios de cada día, nos volvemos a reunir en torno al
altar del Señor.
Necesitamos este espacio sagrado -que es la
Eucaristía del Domingo- para guardar silencio en nosotros mismos, para escuchar
la Palabra de Dios, para sentirnos partícipes de un mismo proyecto de Amor que
nos renueva y sostiene, y nos impulsa a proseguir el camino de nuestra vida con
fe y esperanza.
Participemos, pues, con gran devoción en esta
Santa Misa y abrámonos a la
gracia del Evangelio que es capaz de transformar nuestras vidas.
Aquí les dejo el enlace de la liturgia de la palabra. Y disfruten en familia con el vídeo del evangelio.
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