Cualquiera que lea el Evangelio con atención observará que Jesús se presentó como un maestro –este es el título que se le da en el Evangelio con más frecuencia- y que la enseñanza que él expuso era nueva, de manera que la gente al oírlo decía: “¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva expuesta con autoridad!” (Mc 1,27). Y el mismo Jesús advirtió que su presencia en el mundo era una novedad absoluta, que no podía ser acogida sino con un espíritu nuevo: “Nadie echa vino nuevo en pellejos viejos… sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos” (Mt 9,17).
Este es el enlace de las lecturas y el vídeo del evangelio.
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